Mi propuesta terapéutica

Comienzo de la terapia

El comienzo se produce en el momento de contacto con el terapeuta. Es ahí donde ya nuestro cerebro e inconsciente empieza a producir un cambio. Se ha demostrado que hay mejoría desde el contacto hasta la primera llamada, por curioso y paradójico que suene.

Lo primero es una llamada telefónica o videollamada gratuita, para poder conocernos y que puedas expresar tus necesidades y lo que te ha traído hasta mí, en la búsqueda de psicoterapia. Es en esta llamada donde me cuentas (¡lo que quieras!) y te pregunto brevemente (preguntas como tu edad, cuánto tiempo has tenido los síntomas, etc.).

Es aquí donde hablamos de los términos de la psicoterapia. Si quieres que sea una sesión a la semana, de forma quincenal, o mensualmente. También escucharás mi recomendación, que en líneas generales (sin conocer tu caso) será una frecuencia semanal o quincenal, puesto que es lo más efectivo. La frecuencia mensual solemos utilizarla una vez ya hemos comenzado y está más avanzado el proceso terapéutico, aunque también resulta efectiva desde un inicio (pero más lenta, lógicamente).

También pactamos fecha y horas, totalmente modificables posteriormente siempre que haya disponibilidad en mi agenda.

Finalmente, es necesario cubrir una ficha de paciente de primera visita para comenzar el proceso. Antes o durante de la primera sesión. Esta ficha se cubre de forma totalmente electrónica. Yo te envío la ficha, la puedes cubrir en el ordenador y utilizar una firma electrónica, o imprimirla y escanearla para enviarmela de nuevo. En esta ficha se recogen tus datos personales, los estrictamente necesarios para la intervención, y se exponen los reglamentos de protección de datos.

Proceso terapéutico

(Podría extenderme infinitamente en esta entrada, así que si te quedas con ganas de leer más, ¡escríbeme sin ningún compromiso!).

El proceso terapéutico varía mucho en función de la persona. Puesto que trabajo desde una perspectiva humanista y desde la teoría de apego, lo más importante para mí siempre es el paciente y sus necesidades. No es un método en el que tenga que entrar la gente a presión, si no que es una forma de entender la terapia como individual y personal.

Durante el proceso terapéutico, generalmente la primera etapa tiene que ver con el desarrollo de la confianza y la seguridad. Este es un trabajo totalmente de mi responsabilidad. En muchas ocasiones escucho a mis pacientes decir frases como: «Es que no sé si lo estoy haciendo bien», «¿Qué debería decir, sobre qué debería hablar?» o también, tras varias sesiones, me confiesan pensamientos como: «Sentía que lo estaba haciendo mal, que tenía que hablar más o que se esperaba algo de mí», «me sentí un poco raro al principio y no tenía la confianza suficiente para decírtelo».

Pensamos que por ser un psicólogo, tenemos que confiar plenamente en él desde el minuto uno, y nuestro cuerpo nos defiende (sabiamente) de hacerlo. Por eso nos cuesta confiar y contar.

Es mi trabajo generar un clima de confianza y seguridad, en eso se basa el entorno terapéutico. Es completamente normal sentir vergüenza y empezar de forma muy lenta. También es muy habitual tener un torrente de emociones internas que soltar en la primera sesión. Podríamos decir que prácticamente «todo» es normal en psicoterapia.

Durante este proceso también te voy conociendo mejor y ayudándote a conocerte mejor a ti mismo. En el momento que ya existe una seguridad y confianza (que puede ser un proceso más corto o largo en función de cada persona), es cuando podemos sanar experiencias traumáticas, si es necesario. Durante el proceso de construir confianza y seguridad también trabajamos en pautas, herramientas, mecanismos o formas de enfrentar las situaciones que nos han traído a terapia. La gran mayoría de personas se encuentra mucho mejor una vez llegamos a este punto, y muchos de ellos no profundizan en sus experiencias traumáticas porque ya se encuentran suficientemente bien, y remover estas experiencias es muy doloroso pero sanador.

Para expertos en el tema o personas con muchísima curiosidad, mi Trabajo de fin de Master versa sobre la articulación de la psicoterapia y está publicado en internet: pulsa aquí para verlo.

Finalización

La consecución de los objetivos de cada uno puede llevar más o menos tiempo. Ha habido procesos desde los 2-3 meses hasta los 2-3 años en adelante. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones en las que la terapia se alarga más de 1 año, los siguientes años suele ser una sesión mensual, o quincenal si surgen situaciones nuevas y estresantes.

Citando a uno de mis maestros que me decía «Simón, treinta años de problemas no se solucionan en treinta sesiones. Ojalá fuese así». Le diría que tiene razón, no se solucionan, pero también le diría que uno nota bastante mejoría ya desde las primeras sesiones, y en muchas ocasiones esta mejoría es paulatina y constante (aunque en trauma, es habitual también mejorías repentinas, al desbloquear y sanar experiencias traumáticas).